jueves, 26 de mayo de 2011

Una Odisea del Espacio (pero despacio, oigan). -TRES-

Después de perseguirlo por toda la nave, hemos conseguido quitarle la zambomba al maldito Alien, que no veas qué tres días nos ha dado el bichejo. La Teniente Ripilente era del parecer de que no deberíamos haberle privado de semejante artefacto diabólico, porque de este modo canalizaría mediante la música esa mala leche recalcitrante que le corroe por dentro y le lleva a roer, asimismo, nuestra colada (por no hablar de las miradas cargadas de intención que lanza de vez en cuando, babeante, a la pierna sana del Sargento Stalleno).

    -Pero míralo, qué bonico, ¿habéis visto el énfasis que ponía en el redoble de "Clavelitos"? -Ha dicho la Teniente cuando hemos acorralado al maldito Alien en el cuarto de los trastos viejos. El extraterrestre, dicho sea de paso, nos ha mirado al Sargento y a mí con cara de buen chico (o con toda la cara de buen chico que puede poner algo que tiene tres mandíbulas) y ha acelerado el ritmo.

    -Tum Tucutucutum tucutucutumtumtumtum...

     -Mira, mira... ¡Si está interpretando "Los sitios de Zaragoza" en clave arábiga! -Ha dicho enternecida la Teniente, pero el Sargento, lejos de sentirse abducido por la destreza percusiva del bicharraco, le ha soltado un collejón de órdago y arrebatado a continuación la zambomba.

     -¡Caca! ¡Caca! ¿Me oyes, alienígena de pacotilla? ¡Esto caca! Ni se mira ni se huele ni se toca...

     -Uuuuuuuh, uuuuuuuuh, uuuuuuuuuh...

     -Ni "uuuuuuuh" ni ostias, y anda a la cocina a fregar los platos, que el lavavajillas ha vuelto a estropearse.

    Por cierto, menudo Fin de Año. Para empezar, desapareció misteriosamente el ewok que estábamos cocinando en el horno, y claro, ya podéis imaginar sobre quién recayeron todas las sospechas. El maldito Alien negaba desesperadamente con la cabeza, pero el Sargento Stalleno (quien definitivamente ha tomado la nave a su mando, amén de ocupar de modo ostensible el mejor estante del cuarto de baño) le ha sometido a un arduo interrogatorio para que confesase, y en cuanto le ha amenazado con hacerle ver la TV Movie de "Felipe y Letizia" tres veces seguidas, así, del tirón, la actitud del extraterrestre ha dado un giro de 180º.

     -Uuuuuuuuuhh Uhhhhhhh...-Balbuceaba mientras asentía y se señalaba a sí mismo incriminatoriamente.

     -¿Lo véis? -Ha dicho el Sargento Stalleno, orgulloso de su pericia como investigador.

     -¿Y qué se supone que es esto? -Ha dicho la Teniente Ripilente, apareciendo de repente con la cabeza del Ewok bajo el brazo-. Lo he encontrado bajo su cama, Sargento.

     -¿Y qué diablos hacía usted mirando bajo mi cama?

     -Puede usted llamarlo intuición femenina si quiere... Aunque verle a usted por el circuito cerrado de cámaras mientras lo escondía también ha ayudado lo suyo.

    Tras no poca resistencia por su parte, el Sargento Stalleno ha presentado sus disculpas ante el maldito Alien y ha accedido a que cenara con nosotros, esta noche, en la mesa que tan primorosamente hemos preparado la Teniente y yo.

     -Debería darle vergüenza, tan mayor y picando entre comidas... -Ha dicho la Teniente.

     -Es que he tenido un antojo...

     Entonces se nos ha planteado la cuestión ineludible de qué cenar, habida cuenta de que el Sargento no solo se había adueñado del puto oso, sino que también había finiquitado 15 latas de fabada plutoniana, 2 kg. de carne picada de E.T. y el turrón de monolito "a la Kubrick". Por suerte, el maldito Alien ha aparecido con el casco del motorista espacial que atropellamos la semana pasada al esquivar un agujero negro, y que resultó ser un repartidor de "Pizza-Universe". En el casco estaba escrito el número de la central más cercana, apenas a dos hiper-saltos de nuestra posición, y encima nos han hecho descuento por devolverles el casco.

     De la borrachera que nos hemos pillado los cuatro con el puto cava que nos envió Galactus al entregarle a aquél surfero calvo plateado, mejor os hablo otro día. Sólo diré que el Alien y la Teniente han terminado durmiendo juntos, monísimos ellos, en la Sala de los Espejos Térmicos.





2 comentarios:

Hala, despáchate a gusto. Pero ya sabes, pórtate bien o te despacho yo a ti, que para eso soy un mapache rabioso.