viernes, 15 de junio de 2012

CRONICALIA: Els Dijous de l´ESCAC A LA FILMO / VERBO, contada por sus creadores.

ELS DIJOUS DE L´ESCAC / 7 JUNIO 2012 / FILMOTECA CATALUNYA / BARCELONA
EDUARDO CHAPERO JACKSON - ENRIQUE LÓPEZ LAVIGNE
PRESENTA ÀNGEL SALA



Sobre la mesa habilitada bajo la pantalla, tres micrófonos (aunque sólo uno parece funcionar). 

Tras la mesa, tres personas. 

En un extremo, la PERSONA NÚMERO UNO: Ángel Sala, AKA “Yo sobreviví a una demanda por exhibir A SERBIAN FILM en el Festival de Sitges que dirijo”. 

En el otro extremo, la PERSONA NÚMERO DOS: Enrique López-Lavigne, AKA “Cuando veas en IMDB las pelis que he producido te vas a cagar vivo”. 

Entre uno y otro, con sus ojillos sonrientes bien erguidos (y el resto de su persona acompañándoles en la rectitud postural), la PERSONA NÚMERO TRES: Eduardo Chapero-Jackson, AKA “Yo hice rapear a Miguel Ángel Silvestre, supéralo si puedes”.


ÁNGEL SALA
Holaquétal. ¿Cómo estáán usteeeeeedeeeees?

PÚBLICO
¡Bieeeeeeeeeeeeeeeen!

ÁNGEL SALA
Y esto demuestra que mucho postmodernismo por aquí y por allá, pero nos tocan la fibra sensible de la infancia y no hay gafas de pasta que puedan resistirse. En fín, vosotros dos, ¿cómo os ponéis de acuerdo para llevar a cabo un proyecto tan complejo, tan atípico y de gestación tan difícil como es VERBO?  

EDUARDO CHAPERO-JACKSON

Eduardo Chapero-Jackson
El proyecto empezó hace seis años con una primera escritura de guión que fui realizando poco a poco mientras hacía los cortos CONTRACUERPO, ALUMBRAMIENTO y THE END. Al terminar el guión pensé que al ser demasiado osado no sería posible llevarlo a cabo y que acabaría siendo una segunda o tercera película. La lectura resultaba complicada porque era en verso y en espacios extraños, pero sí intenté que se pudiese entender no como una absoluta marcianada, sino como algo cercano, y al mismo tiempo plantear que era viable a nivel de producción gracias a las nuevas tecnologías.

En un momento dado, cuando ya tenía una versión que yo creía coherente y presentable, se la pasé a Enrique, con el que había trabajado anteriormente en SOGECINE y con quien comparto la creencia de que hacer un cine “comercial” no significa comprometer ciertos planteamientos artísticos.

ENRIQUE LÓPEZ LAVIGNE
Hace tres años y medio, Belén Atienza y yo cometimos un acto que sólo puede calificarse de “irresponsabilidad total” (especialmente teniendo en cuenta el sitio y el momento tan complejo en los que vivimos): montar nuestra productora APACHES. Teníamos una primera lista de películas que queríamos hacer con Juan Antonio Bayona, Juan Carlos Fresnadillo, Nacho Vigalondo, con Eduardo... 

Enrique López Lavigne
De todas ellas, la película de Eduardo era la más compleja y suicida, una obra profundamente honesta de un cineasta que quería expresarse en 90 minutos, que lo había hecho de una forma increíble en sus tres cortos anteriores en duraciones inferiores y que quería contar una historia distinta combinando fantasía y realismo / naturalismo de una manera que a nosotros, los productores, nos conmovió e impulsó a aventurarnos en ese viaje. Además, no sólo contaba algo que está en los márgenes de lo comercial, del sistema o de la narrativa que estamos acostumbrados a ver, sino que también suponía incorporar a una película de estas características a las televisiones o al sistema de subvenciones sin perturbar su naturaleza. En las primeras proyecciones, de hecho, a Eduardo y a mí nos preocupó un poco comprobar que la gente tenía la percepción de que era una película grande de TELE 5 (lo que no deja de ser en parte cierto) pero la verdad es que está hecha con un presupuesto muy reducido, muy limitado.

Lo que tengo muy claro es que todo proyecto, al principio, tiene algo de suicida e irresponsable. No te puedes embarcar en una aventura de estas características si tú y la gente que hay a tu alrededor no ponéis toda vuestra pasión, y el motor de esta pasión fue el guión de Eduardo, porque ahí había una textura que no veíamos a menudo en los guiones que leíamos.

ÁNGEL SALA
VERBO es de los pocos títulos en los últimos años que habla de la Post-Ciudad y de esas urbanizaciones del extrarradio sin nombre ni personalidad. ¿Cómo te planteaste el unir en la película los problemas de pasar la adolescencia en esos lugares, o elementos urbanos como el graffiti, con otros elementos tangenciales más propios del fantástico?

EDUARDO CHAPERO-JACKSON
Hay una cosa muy importante para mí, y es que VERBO no es una película que hago “por hacer cine”. Va más allá del interés cinematográfico, contar esta historia fue una especie de necesidad personal, por lo que yo viví a esa edad y por lo que veo cada día en mi entorno.

Siempre me ha parecido muy irónico cómo las grandes películas sobre la adolescencia, en general, suelen quedarse en circuitos y festivales de y para adultos, y las que sí llegan a una audiencia adolescente suelen ser “productos” que se retroalimentan de valores que a mí me parecen realmente irritantes. Mi intención no era hacer una película social ortodoxa al uso, para adultos; quería crear una fábula esperanzadora que apuntara hacia otros sitios y donde, de alguna forma, la narrativa del fantástico asistiera y nutriera con respuestas a las preguntas de Sara, el personaje protagonista.

ENRIQUE LÓPEZ LAVIGNE
La película tiene una inquietud urbanística, no sólo de crear la ciudad perfecta, sino que parte de su conclusión final es configurar una ciudad (entendida como elemento estético y como espacio casi mental en el que convivir de forma armónica) en la que a todos nos gustaría vivir.

¡No malúmbre a loh ojooooh!

También es cierto que hay momentos en los que la ciudad que ha creado Eduardo es la que a él le gusta. El centro (porque la familia de la protagonista vive en el extrarradio) lo ha construído él con trozos de Madrid y de Barcelona de forma casi artesanal a partir de iconos, de ideas que, inconscientemente, Eduardo ha reflejado al encontrarse en postproducción y en la sala de montaje añadiendo aquí una gárgola, ahí un elemento del gótico...

ÁNGEL SALA
Eduardo, tu trayectoria en el cortometraje es realmente espectacular. Incluso tus tres cortos se han estrenado juntos en salas cinematográficas como un pequeño largo compuesto de CONTRACUERPO, ALUMBRAMIENTO y THE END. Teniendo en cuenta los paralelismos estéticos y de filiación temática... ¿cómo influyen esos trabajos previos en la gestación de VERBO

EDUARDO CHAPERO-JACKSON
Yo me reconozco mucho en los cuatro trabajos, y sí veo esos paralelismos que comentas, pero el elemento diferenciador respecto a los tres cortos, que son muy silenciosos y contenidos, es que VERBO viene a abrir el saco de la palabra. De alguna forma, además, los cortos siempre se quedan en un segundo acto dominado por la oscuridad y en VERBO hay un tercer acto más abierto, más luminoso, en el que se expresa mucho de manera verbal. Necesitaba hacer casi una sublimación de la palabra de una forma muy consciente, de ahí el uso del verso para decir cosas que serían muy difíciles de dialogar de un modo realista, y eso es algo que tiene que ver más con elementos poéticos o profundos de la psicología de un personaje.

De todas maneras, y aunque suene un poco a tópico, siempre digo que para mí el corto nunca fue un paso para llegar al largo. Obviamente lo es, y me parecería una osadía hacer un largo sin haber hecho antes un corto, porque es el mejor entrenamiento posible.

ÁNGEL SALA
Y a un productor, ¿cómo le influyen la existencia de unos cortometrajes tan poderosos y de tanto impacto como los que tenía Eduardo a la hora de afrontar una producción de ese director?

ENRIQUE LÓPEZ LAVIGNE
Podría parecer que sí, aunque no te creas que influye tanto. Que existieran esos cortos previos siempre es un tanto a favor, pero yo ya conocía el particular universo de Eduardo antes incluso de que dirigiera su primer corto. Lo que ocurre es que el largo es un lenguaje completamente distinto y por muchos cortos que hayas hecho es muy difícil dar un paso si no hay un guión bien trabajado, especialmente en un terreno tan peligroso como el del cine, en el que se toman decisiones importantes que tienen mucho que ver con tu empatía o amistad con el director.

ÁNGEL SALA
Algo que a mí me sorprendió y me sigue encantando de VERBO es que es un tremendo catálogo de cultura popular urbana. ¿El proceso es intuitivo o hay un plan detrás?

EDUARDO CHAPERO-JACKSON
Como Sara, crecí en un barrio totalmente desalmado y desarraigado en el que encontrar de repente un graffiti en una esquina era algo que te podía emocionar, incluso por su ingenuidad. Yo estudié Bellas Artes, y siempre me ha interesado mucho ver cómo el arte sale de las galerías y cobra vida en la calle, que es la raíz del Hip Hop y el Arte Urbano, así que si esos elementos funcionan en la película es porque su presencia es honesta, no ha sido algo impostado.

"Me encanta el olor del Montana fresco por la mañana..."

Otra cosa que sentí mucho durante mi adolescencia fue que nada de lo que me hacían leer en el instituto parecía tener algo que ver conmigo o con mi vida, y en VERBO eso se traduce en la necesidad de contar una historia fantástica pero no de hadas, no de señores con anillos, no de castillos, sino de algo que fuera cercano a mi mundo y al de Sara, y para ella el nexo de unión entre este mundo y el otro, el fantástico, se manifiesta a través de graffitis en las paredes y de música Hip Hop.

ÁNGEL SALA
Algo que llama la atención es la presencia de actores bastante populares, algunos de ellos muy identificados con determinadas series televisivas. Sin embargo no es una película marcada por eso en absoluto. Por ejemplo, el personaje de Miguel Ángel Silvestre, que es prácticamente el personaje central, tiene un protagonismo casi secundario en algunos momentos. Se está hablando de él todo el rato pero cuando aparece lo hace en un segundo nivel donde brilla precisamente el personaje protagonista. ¿Cómo trabajásteis ese casting sin que la inclusión de ciertos actores se comiera la película?

EDUARDO CHAPERO-JACKSON
Podría parecer que fue TELE 5 quien me forzó a incluirlo cuando la verdad es que fue todo lo contrario. Yo estudié Interpretación con Miguel Ángel hace ya muchos años, hemos ido creciendo en paralelo y he tenido la oportunidad de ver cómo un evento mediático tan bestia como fue SIN TETAS NO HAY PARAÍSO puede transformar y cambiar la vida de una persona, pero yo había visto sus otros registros en teatro y le seguía viendo como la persona que es, muy cariñosa y humana. Sé que para él fue muy difícil porque era lo primero que hacía después de STNHP, con toda la presión que eso conllevaba, y desde luego era un personaje muy arriesgado porque le afeamos, le hicimos hablar en verso... 

Eso sí, no fue un cálculo para nada mercantilista. Éramos muy conscientes de ello y de que no era malo para la película, pero por el prejuicio que se pudiera tener hacia su “persona televisiva” tampoco era algo positivo al cien por cien, así que decidimos no explotarlo mucho, de hecho su nombre no sale en grande en el cartel.

Míguel Ángel Silvestre, muy bien caracterizado
como "Líriko", su personaje.

ENRIQUE LÓPEZ LAVIGNE
Algo que es muy importante a la hora de ver la película (y que no todo el mundo sabe) es que, a un mes de empezar el rodaje, el protagonista era un chico, pero llegó un momento en el que se hicieron más patentes nuestros miedos de que el actor escogido quizá no fuera capaz de llevar sobre sus hombros al personaje.

Así que cuando a Eduardo se le ocurrió la maravillosa idea de cambiar al actor por una actriz, esa decisión no sólo se reveló como acertada sino que además me parece que era la única decisión posible, porque generaba una serie de relaciones y conexiones con los demás personajes que cambian totalmente la percepción de la película. Creo que es una de esas decisiones clave, intuitivas, a las que a veces te ves abocado por necesidad pero que tienen mucho que ver con la magia que tiene el hacer películas.

En este caso, yo creo que los dos grandes aciertos de Eduardo fueron, por un lado, el ser capaz de conformar y llevar adelante al grupo, y por el otro el acierto enorme de buscar a una actriz desconocida para la que VERBO era su primera incursión delante de una cámara; y eso fue una “revelación” a la que asistimos realmente en vivo. Una decisión que se tomó en 24 horas, que no fue nada traumática, y que supuso el descubrimiento de Alba García, una actriz que no sólo interpreta a las mil maravillas, sino que consigue trasladar también esa honestidad que era imprescindible para entender al personaje. Hay retazos, momentos, que no se pueden “interpretar”. Son cosas que, o las llevas dentro por haberlas vivido, o eres incapaz de trasladarlo a la pantalla

ÁNGEL SALA
Cambiando de tercio, ¿creéis que se está produciendo un fenómeno en el que se aprecia más nuestro cine de género en el extranjero que dentro de nuestras fronteras? ¿Puede ser por culpa de ese envejecimiento preocupante que parece que tiene el espectador en España? 

ENRIQUE LÓPEZ LAVIGNE
Algo está pasando cuando centros como ESCAC, por ejemplo, se están convirtiendo en plataforma de lanzamiento de nuevos cineastas. Algo está pasando para que un festival de larguísima trayectoria como el de Sitges sea, desde hace dos o tres años, lugar de peregrinaje obligado para agentes y productores internacionales a los que nunca antes les interesó una mierda el género fantástico. Algo está pasando cuando, cada vez más, se utiliza el género en lugar del naturalismo o el realismo para hablar de los problemas que nos preocupan. Así que más que respuestas, yo creo que habría que tratar de plantear las preguntas correctas, porque es una realidad ineludible que el fantástico español se está consolidando generacionalmente de puertas afuera, junto a Pedro Almodóvar, como lo más importante que ha salido de España en los últimos años. Y para constatarlo sólo hay que abrir las páginas de la prensa internacional.

Por otro lado, resulta paradójico que al mismo tiempo se haya certificado un cierto divorcio entre el fantástico y su público que hasta hace poco gozaba de muy buena salud en términos de taquilla y crítica (aunque ese divorcio no parece haber llegado aún a los festivales). En un año en el que los resultados de taquilla de muchos países han subido un 2,5 o un 3%, en España y en apenas cuatro meses ha caído un 18%. Lo que es indudable es que estamos tratando de navegar en una Crisis-Tsunamí galopante, pero eso no debe cegarnos al hecho de que fuera se nos reconoce por estar generando grandes directores dentro del género fantástico.

El género fantástico español (izquierda) y el público español (derecha): ¡FIGHT!

ÁNGEL SALA
¿Cómo creéis que se puede aproximar un estudiante o un futuro cineasta a los rigores de la producción teniendo en cuenta que la realidad es mucho más enrevesada que la teoría?

EDUARDO CHAPERO-JACKSON
Yo creo que en esa cuestión hay varios frentes. Uno es el meramente dramatúrgico, porque es muy distinto hacer una historia de 15 o 20 minutos a una de hora y media. Esa es la arquitectura importante que justifica los medios que vayas a utilizar, siempre midiendo los riesgos.

Como experiencia vital, el corto tiene un pulso más inmediato que a mí me gusta mucho porque es algo que haces en una semana, lo tienes montado en poco tiempo, no tienes presiones externas... Eso no quiere decir que en el largo haya gente que te esté diciendo lo que tienes que hacer, pero realmente notas que te estás jugando el dinero de otras personas. Eso, ya de por sí, te provoca una presión para la que hay que estar preparado a nivel psicológico y físico, porque es un proceso que se alarga mucho en el tiempo.

 Aunque ya había trabajado en producción y desarrollo de guiones antes, hacer la primera película como guionista y director suponía entender desde dentro la importancia de sostener la atención del público. Con esto no me refiero únicamente a la mera atención sino a las corrientes de pensamiento, las tramas, cómo hacer que todo eso funcione de una forma orgánica... Diría que ése es el reto de enfrentarte al primer largo, especialmente con una película que plantea códigos nuevos para crear un universo propio, lo cual también establece una especie de complejidad dramatúrgica. Para mí eso ha sido lo más importante: entender el componente narrativo, saber transmitirlo y que se entendiese.. 

Creo que soy muy meticuloso en casi todo, o lo intento. El cine tiene mucho de Día D, y es muy importante dejar muy poco sitio para la improvisación, sobre todo porque tienes el tiempo muy limitado. Es muy frustrante como director saber que puedes hacerlo mucho mejor si tienes media hora más de rodaje, pero no la tienes, y hay veces que te vas a casa llorando porque has soñado mucho con ese momento, pero entonces otro día sale todo a la primera, porque está todo tan bien puesto que casi ocurre solo.  

ENRIQUE LÓPEZ LAVIGNE

Productor de los que sí
que te llaman al móvil.
Mucha gente que quiere dirigir su primera película piensa que va a hacer un corto 
y le llamarán un día al móvil para dirigir un largometraje. En España no existe eso del productor en su despacho y con los pies encima de la mesa... Olvidaos de eso completamente, tiene mucho más sentido que pilléis a un colega y que le hagáis productor. 

Una de las personas a las que más admiro es Elías Querejeta, un productor que siempre ha creído en sus proyectos, que ha acompañado a sus cineastas durante décadas y que, a pesar de tener éxitos increíbles en la época en la que el cine funcionaba, ha tenido que vender todos sus negativos, así que imaginad lo complicado que es este entremado económico en el que hay tan poco margen para maniobrar. 

Yo tengo muy claro que esta película no habríamos podido hacerla si antes no hubiéramos producido a Bayona y a Fresnadillo. El espacio que hay aquí para el cine comercial es muy pequeño, por lo que la forma de colocar una película de Nacho Vigalondo o de Eduardo sin arruinarte tú ni tu familia es compartir mesa con otros directores que tienen proyectos claramente comerciales, proyectos que arrojan beneficios desde el propio diseño de financiación con socios internacionales.

Por otro lado, es una lástima pensar que si quieres trabajar con un determinado presupuesto (y eso requiere vender a un mercado internacional dominado por el inglés) puedes irte olvidando de rodar en castellano, especialmente en un momento de crisis tan complejo como éste en el que las ayudas públicas o de mecenazgo tienden a reducirse o desaparecer. No dudéis de que los cineastas del futuro y parte de los cineastas que se están consolidando tendrán que doblegarse a rodar sus películas en inglés porque es el mercado el que decide qué películas se hacen, no nosotros. 

Vienen tiempos muy complicados en los que las ayudas para jóvenes realizadores desaparecen, lo cual plantea la pregunta de hasta qué punto es necesario el sistema tal y como lo hemos concebido hasta ahora. Yo creo que lo necesario es encontrar el lugar desde el que hacer las películas de la manera más honesta y más libre posible.

Ejemplo de película maravillosa.
Hay una cosa que me produce cierta lástima, y es que hoy en día no podríamos hacer VERBO, pero por otra parte saber eso nos obliga, día a día, a reinventarnos y a reorientar la forma de enfrentarnos a esa situación mágica en la que hay un guión encima de la mesa, hay que hacerlo y hay que sacar dinero para eso. Hace tres años dos millones nos parecían poco, porque VERBO podía haber costado el doble perfectamente, pero hoy se están haciendo películas maravillosas como DIAMOND FLASH por 25.000€. Esto nos lleva a uno de los desafíos más complicados ahora mismo, que son definir y defender otras estructuras en las que se puedan hacer películas estupendas buscando el nicho de los potenciales espectadores que quieran verlas.

A mí me apasiona mi trabajo, pienso cada día en reinventarme y las próximas aventuras de los APACHES no sólo tienen que ver con el cine que se pueda ver en salas sino también con el cine que se pueda ver en la red, y para eso hay que establecer distribuidoras y generar cosas que no te las va a dar ni un gobierno, ni un ministerio, ni ningún organismo oficial o privado, sino que te las tienes que hacer tú solito. Eso, y no otra cosa, es ser productor.

ÁNGEL SALA
Yo creo que principalmente hay dos clases de óperas primas: unas que sitúan y otras que marcan, y creo que la tuya es de las que marcan. ¿Cömo afrontas las expectativas que puedan crearse respecto a tus futuros trabajos?

EDUARDO CHAPERO-JACKSON
Intento no pensar en esos términos. Voy trabajo por trabajo, historia por historia... Aunque sean muy míos, los tres cortos son muy distintos en el fondo: uno es muy naturalista, otro muy abstracto, otro es un western... Cada historia me va llevando a un sitio. 

Lo que sí me provoca cierta angustia es enfrentarme a un arte tan épico en su realización siendo tan exigente técnicamente como yo lo soy. Me gustaría rodar con un buen trabajo de luz para sacar todo lo expresivo que tiene este medio en pantalla grande. También me gustaría seguir arriesgando a nivel narrativo y creativo, pero aquí entra lo que hablábamos antes: te encuentras que para disponer de un presupuesto con el que trabajar cómodo sin ir achicando agua tienes que entrar dentro de marcos más comerciales o todo lo contrario, diseñar algo muy pequeño, muy libre y con otro planteamiento de rodaje que técnicamente tenga que estar en otro código, utilizar otro tipo de cámaras, de equipos... Realmente es un formato artístico en el que te marca mucho la tecnología, y ahora estoy trabajando en dos guiones que van cada uno por un lado.  

ÁNGEL SALA
¿Cómo ha sido la relación director/productor en VERBO?    

 EDUARDO CHAPERO-JACKSON
Creativa. Hablando mucho, con mucho frontón porque estás creando un universo conjuntamente...

ENRIQUE LÓPEZ LAVIGNE
Mucha discusión, también...

EDUARDO CHAPERO-JACKSON
...y conflicto, pero ante el conflicto te puedes enfrentar como si fuera una cosa mala o una cosa necesariamente positiva, y si ambas partes están ahí para debatir cuando surgen tensiones, y si ese debate se enfoca bien, siempre es positivo. Creo que el director tiene que ver eso, aceptarlo y buscarlo. Se habla mucho de algunos directores que han hecho sus mejores trabajos con Elías Querejeta y a la vez le querían matar, porque era un tío que se metía mucho en lo creativo, tenía que sentir la película para él también llevarla a cabo y poder volcar toda su energía personal. 

ENRIQUE LÓPEZ LAVIGNE

Todo este post es una nota
a pie de página de esta foto.
Las mayores presiones que hemos vivido los dos juntos, en la trinchera, tienen que ver con que esta película tiene una textura que podía llegar a pecar de grandilocuente, pero también podía entenderse como una canción pop pequeña, minimalista, sencilla y sincera. El mejor ejemplo para ilustrar esto fue cuando vimos la película con una banda sonora que era como de CONAN EL BÁRBARO. Creo que ese fue el día que perdimos los nervios. La culpa desde luego no fue del músico, sino que los propios elementos y materiales de la película muchas veces te pedían hacer una película musculosa, de acción y a lo americano, y eso era un horror. Recuerdo que de alguna forma nos miramos a la cara y dijimos: “lo que tenemos que hacer es una película indie, minimalista, pequeña, cómplice, con silencios..”. Y ahí es donde dejamos VERBO.
  
A mucha gente parece haberle molestado que la película tenga un discurso positivo y luminoso, pero curiosamente la recepción más entusiasta la hemos tenido por parte de gente que ha estado en situaciones muy parecidas a las de Sara, la protagonista: gente que ha estado al otro lado del espejo, al otro lado de la ventana, y entiendo perfectamente que no todo el mundo tiene que haber pasado por esos lugares.

ÁNGEL SALA
Bueno, pues hasta aquí lo que se daba. Recordad que en un rato será el pase de la película, y si estáis en casa leyendo esto y sentís un irrefrenable deseo de ver VERBO podéis hacerlo cómodamente AQUÍ.