martes, 30 de abril de 2013

CRONICALIA: Els Dijous de l´ESCAC a la Filmo / Marçal Forés sobre ANIMALS.

ELS DIJOUS DE L´ESCAC / 14 MARZO 2013 / FILMOTECA DE CATALUNYA


ATENCIÓN, ¡SPOILERS A CASCOPORRO!


"Cuando Escándalo Films empezó a funcionar, la idea que ellos tenían desde el principio era producir largometrajes con ex-alumnos de la ESCAC. Justo en esa época yo había terminado un corto de final de carrera que vio Sergi Casamitjana, el productor ejecutivo de Escándalo, y le gustó mucho. Fue entonces cuando me pidió que desarrollara una idea para ver si podíamos acabar convirtiéndola en película. Empezó simplemente con ese planteamiento, y yo les enseñé un cortometraje que hice en la escuela de Londres a la que fui después de estudiar en ESCAC. Sergi vio claro que la idea era una locura, pero me dieron luz verde y empezamos a desarrollar el proyecto. Fue un típico caso de estar en el lugar adecuado en el momento preciso.

Al desarrollar un proyecto siempre te encuentras imprevistos con los que no sabes muy bien cómo lidiar, y a veces incluso son accidentales. Inicialmente, la película estaba situada en un contexto un poco más urbano, pero necesitábamos un tipo de puente muy concreto y el único que encontramos cerca de aquí para poder rodar era el del Pantano de la Llosa de Cavall, que estaba completamente deshabitado alrededor. Eso cambió el tono de la película, realzándose aún más el aspecto onírico, pero supongo que al final se acabó convirtiendo en uno de los valores de la película. 

Si miras fijamente esta foto durante mucho rato TE VUELVES LOCO.

Animals es una película que pivota constantemente entre el “mundo real” y un mundo que tiende a lo fantástico o lo imaginario. Es verdad que puede parecer un poco caótica o que se juega mucho con el significado simbólico de muchos de los elementos presentes, ya sea el bosque misterioso o el túnel que se abre camino a través de la montaña, pero a mí lo que me interesaba principalmente era explorar los miedos del personaje protagonista. También sus cambios, la transición hacia la madurez, el tener que afrontar con valentía una época tan difícil en la que hay que empezar a aceptar todo aquello que se supone que es normal..

Es verdad que la esquizofrenia tiene puntos en común con el hecho de vivir una realidad paralela, pero desde el principio sabía que no me quería meter ni en temas de medicación ni de enfermedades mentales. Siempre he visto esta historia más como un cuento que como el retrato de un esquizofrénico. Ésa es mi postura, pero también puedo entender que haya lecturas contrarias. En la relación del protagonista con el oso hay algo importante, y es que desde el mismo momento en el que Pol abandona a Deerhof, el chico no vuelve a sonreír hasta que se reencuentran al final de la película. Como decía antes, creo que todo tiene mucho más en común con el hecho de resistirse a entrar en un mundo adulto y tener que renunciar a todo aquello que uno quiere hacer, cuándo y cómo lo quiere hacer.

Durante el largo y laborioso proceso de escritura del guión me fui dando cuenta de que cada vez se iba oscureciendo más, pero también de que Pol debía enfrentarse al miedo, especialmente a la muerte. La oscuridad es algo inquietante, pero uno tiene que enfrentarse a sus miedos. Uno de los planteamientos detrás de la secuencia de los créditos es que los animales no temen a la oscuridad porque con ella son libres, en cambio nosotros sí la tememos. De algún modo, durante el día los animales son los intrusos, pero en realidad ellos 
no tienen ningún miedo irracional de ese tipo.

Respecto al tema de los cortes, yo lo entiendo como un sacrificio, abrir una herida y dejar que la sangre brote. Se puede entender como que los personajes llegan a sentir placer auto-mutilándose, pero todo viene a ser lo mismo: cruzar la frontera de la piel y dejar que la vida interior salga al exterior tanto física como emocionalmente.

Evidentemente hay conceptos recurrentes entre mis cortometrajes previos y la película, sobre todo desde el punto de vista del simbolismo más que desde el sociológico. Uno de ellos sería el de “el arma asesina”; el hecho de que alguien tenga un objeto que pueda acabar con la vida de otra persona. En el caso de Yeah! Yeah! Yeah! fue más una burrada. Acababa de salir de la ESCAC y tenía ganas de probar muchas cosas, meter y sacar personajes del guión, era un poco un ejercicio. El hecho de que haya personajes disfrazados de animales... No sé decir cuál es la lectura exacta que hay detrás de algo así, pero sí que sé que tiene algo que ver con liberarse, ¿no? Respecto a esto hay una anécdota curiosa. Cuando preparábamos Yeah! Yeah! Yeah! y llegó la cabeza del disfraz de oso panda, todos en el equipo se la querían poner, y absolutamente todo el mundo empezaba a hacer el burro y el mongolo de una forma bárbara al ponérsela. Es algo que te permite jugar a ser otra persona, y eso es lo que me apetecía explorar.

NO LO ABANDONES, ÉL NUNCA LO HARÍA. 
No, en serio. Que no lo abandones, joder, QUE VAS A ACABAR MUY MAL.

Al escribir el guión e irme acercando al tiroteo final en la escuela me planteé lo factible que sería que algo así sucediera en una escuela de aquí. Por otro lado, recuerdo que hace tres o cuatro meses se descubrió a un chico de Palma de Mallorca que estaba preparando un golpe con explosivos en la universidad. En los últimos años se han dado varios casos parecidos, y en cierta manera creo que es algo que ver con darle poder a alguien que está harto de no tenerlo, lo que puede ser un acto liberador para alguien pero terriblemente aterrador para el resto, que en este caso serían los demás alumnos del instituto, pero también ese mundo adulto que se obsesiona en saber los porqués, cuando seguramente ellos son los primeros que tienen parte importante de culpa de que cosas así sucedan.

Cuando hablé por primera vez con Martin Freeman para que apareciera en la película yo ni siquiera sabía que existiera una serie llamada Sherlock. Estoy hablando de hace cinco años, así que al irme a Londres para preparar el casting descubrí que era una serie muy conocida en Inglaterra. El día del encuentro yo no las tenía todas conmigo, pero rápidamente nos hizo saber que le apetecía participar en un proyecto así porque le había gustado mucho el guión y le parecía que podía ser una película muy especial. Y nosotros encantados, porque desde el principio fue nuestra primera opción. Poco después se hizo público que lo habían escogido para protagonizar El Hobbit y ahí sí que estábamos convencidos de que no podríamos contar con él. Sabíamos que había firmado ya con Peter Jackson y no teníamos noticias suyas. Finalmente le llamamos para preguntarle si seguía en el proyecto o había algún tipo de cambio en las condiciones y nos dejó claro que por su parte todo seguía igual. La verdad es que en esto también tuvimos bastante suerte, porque empezó a hacerse mucho más conocido después de que le contactáramos por primera vez.

Desde mi punto de vista, un actor tiene que estar ahí. No necesariamente tiene que pensar en lo que está haciendo, simplemente debe sentirlo. Darle demasiado significado es un poco como pervertir la realidad que está pasando ante ti. Intenté no “psicoanalizar” demasiado con los actores, pero entre cafés, tertulias y ensayos era inevitable que se acabara hablando del tema. Intentamos que fuera un proceso un poco más orgánico. Es verdad que hay un alto contenido simbólico, pero no es menos verdad que existía la intención de retratar el mundo interno del protagonista. No es un personaje que haga muchas cosas, no tiene una fisicidad demasiado bestia, me preocupaba más dejar patente todo ese mundo interior a través de sus ojos.

Con la muerte del personaje de Clara lo que pretendía era anticipar el viaje que el mismo Pol tendrá que recorrer más adelante. Puede entenderse como un elemento extraño, pero una vez has llegado al final de la película tienes las piezas suficientes como para dar forma al puzzle.

Lo que me interesaba es que quedara claro que al final, el protagonista alcanza algún tipo de felicidad. Entiendo que el personaje de Ikari pueda verse como algo perverso, pero de alguna manera lo que hace es ayudar a Pol a alcanzar esa felicidad.

Las referencias a Black Hole de Charles Burns creo que son obvias. En la novela gráfica está ese grupo de chicos que padecen una enfermedad de transmisión sexual que les produce deformaciones, lo cual les lleva a vivir marginados en un bosque cerca de un instituto. De algún modo me interesaba hablar de ese aspecto terrorífico y a la vez revelador."

YEAH, YEAH, YEAH!

viernes, 26 de abril de 2013

Angeladas (Work in progress)


CERO

Cruces de madera y bolas chinas hechas de esparto. Eso le regalaré a mi jefe cuando deje el curro. O eso o le quemo la tienda, y como la gasolina está taaan cara...

Hace un rato la nevera ha intentado devorarme. Qué horror, tendrías que haberla visto. Los yogures y la carne y los champiñones ahí, saltando de emoción sobre las bandejas ante la idea de masticarme durante un rato. Por suerte el microondas y la plancha han venido en mi ayuda.

Y eso, que los enchufes siguen teniendo dos agujeros. No lo entiendo, con lo bonitos que serían si fueran como una mesa de billar.


UNO

Abrir un cajón y encontrarte a ti mismo abriendo un cajón, como cuando aquella margarita te pidió que no la pisaras pero ya era demasiado tarde. Entonces el cielo se abrió, las entradas se cerraron y ya todos los calvos fueron felices por los tiempos de los tiempos.

Sigo sin llevar reloj, y remiendo calcetines para matar el tiempo.


DOS

El otro día una abuela la emprendió a bolsazos conmigo porque me pilló haciéndole una foto. Pobrecita ella, tan desvalida, tan indefensa. Después me enteré de que había sido campeona de lucha libre en sus buenos tiempos. Vaya, nunca lo hubiera dicho. Y yo que pensaba que lo de mi nariz rota y las costillas machacadas había sido únicamente fruto de la casualidad...

Hablando de frutos, me declaro fan total de la petanca.


TRES

En un principio, en el feto, éramos dos. Al nacer, mi hermano gemelo tuvo problemas respiratorios durante dos días. Y se murió. Así fue como la soledad crónica se instaló de por vida en mi médula espinalmente dmEnZiAdA.

Treinta y un años y todavía lo echo de menos.