Alejandro y Ana: todo lo que España no pudo ver del banquete de boda de la hija del presidente.
El 5 de septiembre del año 2002, España contempló arrebatada cómo la hija del ilustre estadista José María Aznar contraía matrimonio con Alejandro Agag en el Monasterio de El Escorial. Al enlace asistió lo mejor de cada casa, cada provincia, cada país y cada profesión (aunque corren rumores de que no se vio a ningún albañil o electricista entre los invitados). En El Escorial, repito. Por unas horas, el monasterio que siglos atrás fuera la niña de los ojos de Felipe II se convirtió en el centro del mundo. Y menudo centro, rediós, menudo centro.
Recordemos, mapaches y mapachas. Año 2002. El Partido Popular lleva 6 años comandando con mano rígida y experta el país (los dos últimos, pertenecientes a la segunda legislatura, con amplia mayoría parlamentaria), Aznar aún no ha desvelado quién le sucederá en las siguientes elecciones y el 11-M todavía está lejano en el horizonte político y social. Como suele suceder en estos casos, la prensa del país ofreció distintos puntos de vista sobre la boda de Anita y Alejandrito, pero lo que yo os traigo dista bastante de ser una crónica detallada del enlace. Primero, porque no me apetece; y segundo, porque la compañía de teatro madrileña Animalario ya lo hizo muchísimo mejor de lo que yo podría hacerlo. Y es que a los mapaches se nos da bien debatir sobre el precio del arenque, pero de ahí no nos saquéis. Y si lo hacéis (sacarnos, digo), que sea a un sex-shop, que siempre se aprenden cosas nuevas en esos pequeños templos del saber.
La obra Alejandro y Ana: todo lo que España no pudo ver del banquete de boda de la hija del presidente se estrenó en el año 2003, e imagina distintas situaciones que pudieron darse durante tan fastuoso convite. Con ella descenderemos, como si fuéramos un invitado más, a las catacumbas del partido político que muy probablemente ganará las próximas elecciones. La encarnizada lucha por el poder, el Poder mismo en la sombra, el canibalismo desaforado del capitalismo, la apropiación de la Cultura según convenga, la expropiación (voluntaria y obligada) de la dignidad... Gaviotas, personas, personajes y conversaciones que te dejan atónito al mismo tiempo que te hacen reir y maldecir en arameo. Eso es Alejandro y Ana, de Juan Mayorga y Juan Cavestany. Que ustedes lo disfruten.
PARTE I
PARTE II
PARTE III
PARTE IV
PARTE V
PARTE VI
PARTE VII
PARTE VIII
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Hala, despáchate a gusto. Pero ya sabes, pórtate bien o te despacho yo a ti, que para eso soy un mapache rabioso.
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