CARLO PADIAL
Carlos de Diego (productor y guionista de Los Pioneros del S.XXI) y yo llevamos varias años, bastantes, trabajando como guionistas para diferentes productoras, y si algo hemos aprendido en nuestras experiencias es que todo es muy complicado, es un mundo extraño. Las productoras están llenas de gente muy rara de 50 años cuyas únicas preocupaciones parecen ser mantener su casa de Cadaqués e irse de putas. Realmente no sé qué es lo que hacen, pero necesitan muchísimo dinero y se gestiona todo a base de telefonazos. Es una especie de cortijo andaluz donde el tipo vende constantemente su producto a otro señor que tiene otro cortijo andaluz enfrente, ya sea una televisión u otra productora con la que se asocia... Llevan así muchísimos años, a caballo entre reunión y reunión, y nosotros hemos llegado a la conclusión de que la única manera de distanciarte de eso es hacer vídeos lo mejor que puedas, y luego asociarte con gente con la que tengas afinidad.
CARLOS DE DIEGO
El mundo del guión por encargo es un mundo muy oscuro, muy gris, es el infierno. Creo que hicimos guiones muy muy locos, incluso podríamos hacer alguna película sobre todo lo que pasamos entonces. Tengo la teoría de que si hubiésemos llevado una cámara colocada en la cabeza nos habrían salido comedias muy, muy, muy locas.
CARLO PADIAL
Hubo momentos realmente absurdos que hemos tratado de incorporar a Mi loco Erasmus, como aquella reunión en la que tratando de levantar un proyecto con una productora, nos pidieron de repente que incorporáramos a un actor vasco, o que una escena tuviera lugar en el Museo Guggenheim. “Pero es que lo nuestro es una comedia que va de un tío en Barcelona...”. “Ya, pero podría coger el coche en algún punto e ir al País Vasco, así ETB pone pasta en la peli.” (RISAS) Pasada una semana, el mismo tío te decía que te olvidaras de ETB y de la reescritura llena de vascos que habías estado haciendo durante dos semanas. (RISAS). Al final acabas muy harto.
CARLOS DE DIEGO
Carlos de Diego |
Hacíamos proyectos de humor con gente que no tenía ningún tipo de sentido del humor, en serio, pero de ningún tipo. Es gente que nunca jamás se ha reído de nada. En una de estas reuniones con los jefazos de una de las productoras, un tipo sacó un mechero enorme para encenderse un cigarro, y a Carlo le dio un ataque de risa incontrolable. No podía parar de reírse, era una locura. Ese punto fue como el inicio de una cierta rebeldía. A partir de ahí yo recuerdo que empezó a llegar tarde a las reuniones. Si quedábamos a las 10, Carlo se presentaba a las 10.30, y los tíos estaban flipando, hasta que llegó un punto en el que ya se presentaba a las 11. Y claro, yo le echaba la bronca por llegar una hora tarde en vez de media hora, que es lo que habíamos convenido. (RISAS) Oséase, habíamos convenido llegar media hora tarde los dos, y me parecía bien porque eran unos hijos de puta, pero claro, él llegaba una hora tarde y yo tenía que tirarme media hora con ellos, poniendo cara de póquer. “¿Qué pasa con Carlo?”. “No no no, no pasa nada, está a punto de llegar”. Eran situaciones muy estúpidas, muy locas. Gracias a este proyecto (Mi loco Erasmus) hemos intentado también romper un poco con esa dinámica que estaba condenándonos a una existencia muy gris.
CARLO PADIAL
Cuando se emitía la serie Josep Mauri que estábamos haciendo para BTV, no la veía absolutamente nadie, se estrenaba cada vez más tarde, era totalmente imposible que nadie la viera nunca. En total eran 130 minutos de serie y recuerdo ir cada día de la oficina de Los Pioneros a mi piso pensando que todo era rematadamente raro. En las reuniones no hacían más que echarnos la bronca: “Hacéis estos videos raros con esta especie de viejo, de travesti, extraño, sin cejas, un montón de silencios incómodos en los videos...”.
Los Especialistas Secundarios también tuvieron una experiencia muy parecida a la nuestra en su programa para Localia, que tampoco vio nadie... Ellos tenían 50€ de presupuesto para cada programa. Bueno, 50€ y una caja con pelucas. (RISAS) Ni siquiera tuvieron la figura del productor, les colaron un realizador y tenían que ir grabando sketches lo más cerca posible del lugar donde hacían el programa. De esa situación ellos sacaron algo muy bueno, y es que casi todo está grabado en los alrededores de Ràdio Barcelona, donde ellos hacen su programa de radio, y lo hicieron además de una forma muy reconocible: cuando alguien abre una puerta que se supone que es una casa particular, en realidad resulta muy obvio que es la puerta de un estudio de la radio. Les montaron un pequeño croma y como no había tiempo, tenían unos saltos de eje muy raros y en el fondo da igual, porque era muy divertido. De hecho, creo que es uno de los mejores programas de humor producido aquí que he visto en los últimos años. Tiene códigos muy curiosos que a nosotros, por ejemplo, nos influyeron mucho a la hora de hacer Go Ibiza Go!
El tema es que se acabó la emisión de Josep Mauri en BTV y nosotros seguimos haciendo guiones de encargo. Entonces, de golpe, descubrimos a los Venga Monjas y sus vídeos en los que hacían lo que les daba la gana. Conocerles supuso un cambio interno muy fuerte, lo he explicado muchas veces pero es verdad.
Carlo Padial |
Otra vivencia muy positiva que vivimos fue el pasado Festival de Sitges, cuando nos encontramos con Carlos Vermut. Él iba a presentar al día siguiente Diamond Flash, y nosotros no teníamos ni idea de por dónde iba su película. Carlos nos vio, vino y empezó a decirnos que, entre otras muchas cosas, el espíritu “Háztelo tú mismo” de Venga Monjas o de los Pioneros le sirvió como impulso para levantar el proyecto. Para mí fue el mejor elogio que te puedan dedicar, porque salíamos de una temporada jodida en la que me encontré incluso escondiéndome de mis propios proyectos. Es decir, a lo mejor tenía que reescribir uno de esos guiones de encargo y de repente me encontraba haciendo cualquier otra cosa, era capaz de verme en IMDB la biografía entera de Tom Selleck o de William Shatner o de quien fuera, y eso era algo que no me había pasado nunca. Creo sinceramente que salimos un poco de ese ciclo infernal gracias a encontrar a toda esta gente un poco dispersa que estaba haciendo cosas tan interesantes.
CARLOS DE DIEGO
Estábamos cansados de un ir de un despacho a otro y que nadie entendiese lo que queríamos hacer, así que nos decidimos a hacer esta película. Gracias a los Òscars (Òscar Dalmau y Òscar Andreu) conseguimos financiación y cierta confianza -dos elementos que fueron muy importantes para nosotros a la hora de poner en marcha el proyecto- y juntamos a un equipo de gente muy reducido pero que ha sido fundamental para poder hacerla. Ha sido extraordinario, por ejemplo, trabajar con Vicenç Viaplana (director de fotografía y operador de cámara), que ha sido una persona imprescindible al aportar en todo momento su punto de vista y creatividad.
CARLO PADIAL
Los Òscars son una gente que tienen muchísimo éxito aquí en Catalunya. Ellos no tenían ninguna obligación de ayudarnos con la producción, pero Mi Loco Erasmus no se hubiera podido hacer nunca si no hubiera sido por su enorme ayuda. No podemos hacer otra cosa que darles las gracias porque nos han dado libertad total. No han interferido en ningún momento de la producción, y hasta que la semana pasada les mostramos el primer montaje no habían visto un sólo plano de la película.
En un principio, Mi loco Erasmus era un documental sobre los Erasmus. Nos parecía muy divertido coger a esa gente como excusa -porque en el fondo es un tema que no nos interesaba nada- para hablar de la Barcelona actual, que se ha convertido en un entorno repleto de extranjeros que no paran de viajar y acostarse entre ellos.
Recuerdo que un día estaba viendo Once o alguna de esas pelis con personajes europeos que no tienen dinero, se acuestan, luego se tienen que ir porque pasa algo muy grave y muy trascendente en sus vidas, pero en el fondo nunca olvidarán esas veces que tuvieron sexo. (RISAS) Me encontré pensando que esa película no se parecía absolutamente en nada a las cosas que yo he visto hacer a la gente que vive vidas parecidas. Faltaban todas esas áreas oscuras, y nosotros quisimos hacer algo sobre eso, pero poco a poco pasó una cosa muy curiosa, que es que cuando llevábamos tres semanas grabando a estudiantes, una figura nos iba pareciendo cada vez más y más interesante. Esa figura era la de Dídac Alcaraz, que estaba siempre en las grabaciones con nosotros. Poco a poco, la parte de los Erasmus se fue reduciendo hasta quedar probablemente en un 3% de la película, y el resto es la vivencia del personaje de Dídac intentando hacer una película en esta Barcelona loca llena de estudiantes Erasmus y problemas de producción.
CARLOS DE DIEGO
Es que los estudiantes Erasmus no tenían ningún tipo de interés, porque es gente que viene aquí a emborracharse, a follar y luego se va. Supongo que alguno habrá que sí que sea medianamente interesante, pero a esos no los encontramos. De manera gradual, fuimos viendo que lo más interesante de lo que teníamos grabado era Dídac. Pero con mucha diferencia. Seguimos grabando y buscando perfiles interesantes, pero me acuerdo de que quedé con Carlo un día y me dijo: “Hostia, es que tenemos el diamante en casa y no lo estamos sabiendo ver. Estamos aquí con una mierda de gente y el único que está dando nivel es Dídac.” Y era verdad. Me costó medio minuto darme cuenta de que tenía razón y mandar a tomar por culo a los Erasmus y todo lo demás. Ahí decidimos que seguiríamos adelante, pero en lugar de enfocar hacia fuera, enfocaríamos hacia dentro, hacia Dídac. Y ha sido la mejor decisión que hemos tomado en los últimos años.
Dídac Alcaraz. |
CARLO PADIAL
También hay que agradecer el haber podido contar con un equipo reducidísimo pero repleto de gente con mucho talento. Es un poco el mismo modo en el que funcionan los Venga Monjas, con equipos muy reducidos, porque al final uno se da cuenta de que no hacen falta esos grandes tinglados. A veces nos invitaban en alguna tele para que asistiéramos a la grabación de un sketch que habíamos escrito, y siempre veíamos los platós llenísimos de gente. Era muy raro, había tres personas para los croissants, un montón de chicas extraordinariamente jóvenes y guapas colgando cosas en perchas, todas con intercomunicadores...
CARLOS DE DIEGO
Intercomunicadores que les servían para hablarse a medio metro de distancia. En lugar de girarse y pedirle una percha a la de atrás, usaban el intercomunicador. Era una locura.
Llegados a este punto, quiero aprovechar para dar un consejo a todo el mundo: ser productor de una película low cost es el Averno, es una mierda. Osea, a mí no me gusta, yo lo odio mucho, lo paso muy mal y transmito una negatividad increíble a todo el equipo que me rodea. Hacer una película conmigo es muy jodido, y esto es así. (RISAS) Odio hacer la parte de producción, pero no teníamos otro productor, no teníamos otra alternativa. Así que os animo a que nunca jamás os encarguéis de tareas de producción en proyectos donde hay tanta escasez de medios, porque es problemático. Yo espero no volver a hacerlo, al menos como productor, porque me encanta hacer películas.
Barcelona / 28 de junio / 2012
Posiblemente, el mejor cartel de la historia del cine. |
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